La imagen en la derrota de la palabra (Autor: Carlos Barra Moulain)
La imagen en la derrota de la palabra
“Una imagen vale más que mil palabras”, con esta frase desperté una mañana advirtiendo una realidad que habría de aplastarnos, las imágenes del mundo virtual llegaron para quedarse, pero no sólo eso, sino para crear autómatas dispuestos a obedecer y depender de estas imágenes en una sociedad teledirigida.
En este espacio, la palabra se deterioró, perdió fuerza en su masificación y se prostituyó al grado que la ortografía y la sintaxis se convirtieron en mutantes, para pasar al acomodo de ignorantes funcionales y la cosmetología socia. Así, dentro de los mensajes electrónicos -no importando el aparato-, ya fuera por medio de un teléfono móvil o una computadora, la palabra mutó y deformó al grado que los pendejos funcionales ponen frases como “ola ke ase”, “klaro ke si”, “no mames, te cae”; en fin, una serie de estupideces que lo que esconden es precisamente la ignorancia funcional, donde el uso de la palabra no le importa a nadie.
El riesgo de esto no sólo estriba en reconocer que la palabra en su masificación indolente e ignorante, es usada de manera inadecuada o indebida, sino el descubrir un pinche mundo de mierda y miseria, donde la razón y sus usos son tan precarios que todavía no me explico cómo estos pendejos van a la escuela y cruzan la calle.
Pero esto no termina aquí, el lenguaje de lo cotidiano en los adolescentes ha hecho del ripio la constante y de lo docto la excepción, al tiempo que es un lenguaje rudimentario y en ocasiones gutural, los balbuceos van y vienen, de pronto observamos lenguajes de bebé de 16 o 19 años, al grado de no entender lo que se debe entender, frases como “no se arma güey”, “se chispó del cinturón”, “te chispas y nos vemos”, “me vale”, esto queriendo decir que algo no importa, cuando significa lo contrario; “no te mames tu pitote”, aquí mi pregunta es: ¿se lo podría alcanzar?; en fin, cuestiones que no presentan sentido y que han ido creando zonas de vacío lingüístico.
Algún niñito de 14 años en adelante me diría: “pos no sea mamón, no todo el mundo conoce todas las palabras”; yo respondería: “Klaro ke no, si no se arma siempre el perico”. Esta situación es aberrante, ha cobrado ya el precio, porque somos ignorantes funcionales y ello no sólo debilita nuestra forma de comunicación primaria en el lenguaje, sino en cómo construimos y de-construimos la realidad, cómo manejamos variables como bueno y malo, alto y bajo, gigante y enano, aquí y allí, entre muchas otras, estamos al borde de la pendejada de la historia y la sintaxis social nos lo cobrará.
Autor: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
Comentarios
Publicar un comentario
Tu opinión: