Odio mi vida
Odio mi vida
No todo el odio va dirigido hacia el exterior. Muchas personas se odian a sí mismas y se menosprecian. Si lees esto porque sientes odio a ti mismo, a tu vida, entonces ten el valor de leer hasta el final. Te encontrarás a más de la mitad del camino si sabes reconocer el odio y cómo tratarlo.
En este artículo, me centraré en el odio a uno mismo, a la propia vida, expresado en frases como:
- Odio estar triste todo el día y no tener ganas de hacer nada.
- Odio tener miedo.
- Odio que mi vida este vacía.
- Odio no tener amigos.
- Odio llenar mi vacío con compras.
- Odio callarme porque no sé comunicarme con la gente.
- Odio ser tan lento.
- Odio mis piernas.
Queda fuera del alcance de este post estudiar las formas más amplias de odio. En otra ocasión.
Manifestaciones y desencadenantes del Odio hacia uno mismo
El odio nos hace sentir mal porque en él hay mucha ira y mucho dolor. A menudo, tendemos a negar los sentimientos de odio en nosotros mismos porque el odio mismo da miedo. Por eso, el odio se oculta tras emociones a las que va asociado. A veces, esas emociones conducen al odio y a veces lo ocultan. Las siguientesemociones son indicadoras de la posible presencia de odio:
- Culpa.
- Envidia.
- Agresividad.
- Miedo.
- Amor.
Para odiarnos es preciso que haya un desencadenante, algo de lo que en cierto modo nos sintamos dependientes, emocional o económicamente. Los desencadenantes del odio hacia uno mismo y a la propia vida suelen ser las cosas que nos hacen sentir más vulnerables e indefensos. Veamos dos ejemplos:
- La relación de pareja puede ser un desencadenante de odio, pues el amor crea una situación en la que cedemos a otra persona parte de nuestro poder. A menos que se trate de una relación en que ambas partes se respetan, sus componentes pueden sentirse atrapados y dependientes.
- Una situación laboral que prive de autonomía e independencia a quien la realiza, siempre que su libertad y el sentimiento de su propia valía se hallen amenazados, la persona puede odiar al individuo u organización que parece haberle privado de ellas.
La transformación del “Odio Mi Vida”
A menudo puede confundirse con la depresión, pero no es lo mismo. La depresión es una retirada de energía, mientras que el odio a uno mismo requiere pasión. El odio a uno mismo suele centrarse en un atributo o aspecto determinado como: “odio ser tan lento”, “odio mi vida”, o una parte del cuerpo, como “odio mis piernas”.
Gran parte del odio contenido en la frase “odio mi vida” es inconsciente, porque no somos capaces de soportar lo que sentimos. El inconsciente corre como un monstruoso río subterráneo por debajo de la ciudad que hemos construido conscientemente para vivir en ella. Pero si no se canaliza este río, minará los fundamentos del edificio de nuestra vida.
Te planteo dos preguntas sencillas, si es el caso, claro:
- Examina el odio que sientes hacia tu vida. ¿Está basado en razones realistas?
- ¿Puedes definir lo que desencadena el odio a tu vida?
La única forma de salir del círculo del odio consiste en un reconocimiento consciente del mismo y poner fin a la tentativa de negarlo. Cuando se logra ver el odio a la propia vida y no se proyecta en otras personas, es posible empezar a comprender el mensaje que contiene.
Si te encuentras odiando persistentemente una parte de ti mismo o, incluso, tu propia vida, te conviene examinar la fantasía que acompaña esta actitud. El odio a uno mismo, si se comprende adecuadamente, nos brinda la oportunidad de enfocar mejor o de manera distinta nuestros objetivos para aumentar al máximo las posibilidades de obtener lo que queremos.
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Imagen: freedigitalphotos.net
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