Quiero dejarlo (pero no puedo)
Quiero dejarlo (pero no puedo)
Estadísticamente, enero es el mes de más trabajo para los abogados de divorcios. En diciembre, muchas parejas acostumbradas a sobrevivirse en la rutina, de pronto pasan demasiado tiempo juntos y el infierno en el que viven se vuelve tan evidente que empiezan a pensar seriamente en salirse de la relación
Sin embargo, muchas descubren (las mujeres toman la decisión en el 75% de las separaciones) que decir “quiero dejarlo” no es lo mismo a que pueda dejarlo. ¿Por qué no logran dejar la relación a pesar que es tan mala? Hay varios factores que atan, pero el problema principal es que estas relaciones suelen ser violentas. Esta violencia se expresa como:
- Daños al autoestima: Se da el mensaje que sin ellos no vas a poder o que nadie más va a quererte (por insoportable, loca, gorda o puta), o que te van a dejar sin nada (dinero, propiedades, hijos, amigos, etc.)
- Amenazas: Que puede ser económica (no te voy a ayudar económicamente con los hijos o vas a perder la casa), física (te mato), o familiar (voy a dañar tu imagen frente a tus padres, hijos y/o familiares), incluso profesional (provocar tu despido)
- Aislamiento: de la familia y las amistades. Aislada, la persona siente menos un respaldo y es todavía más difícil que pueda salirse de la relación abusiva.
- Control económico: Puede ser que no te sea permitido o estimulado trabajar. Otras veces se puede expresar en un control de los recursos de la pareja por parte de la otra persona (todo está legalmente a su nombre, propiedades, cuentas bancarias, etc.)
- Violencia física: en algunos casos, pero la tendencia es a decir “nunca te he tocado” como prueba de que no es una relación abusiva cuando sí lo es.
El problema con la violencia es que genera miedo y el miedo paraliza.
Adicionalmente, se generan resistencias internas que tienen se convierten en cadenas que me atan a esta persona. Las más comunes son:
- La fantasía del amparo: El amparo es una necesidad aprendida en algunas mujeres. Es una fantasía, en principio, porque un adulto no necesita el amparo de nadie, puede protegerse solo y segundo, porque se encuentra incluso en mujeres cuyas parejas no les dan absolutamente nada (ni siquiera amparo). Sin embargo, la fantasía de que yo necesito aunque sea esa sombra para sentirme amparada, me mantiene atada a la persona.
- El sexo: La adicción al sexo (que es la adicción más difícil de tratar) se da incluso en las relaciones de pareja. Podemos estar adictos al sexo que tenemos el uno con el otro. Algunas parejas tienen relaciones espantosas pero el sexo que tienen es tan intenso que se convierte en un apego que no me permite ser sentirme libre para estar o salirme de la relación.
- La esperanza de que él va a cambiar: más específicamente, que yo voy a lograr cambiarlo. La pregunta que surge aquí es ¿Él por qué va a cambiar? Si yo hago lo que quiero y tengo una persona que me lo aguanta todo, ¿qué motivación tengo? En estos casos, es la persona que sufre la llamada a buscar el cambio.
- El miedo a la confrontación: Se tiene la esperanza de que la separación puede ser amistosa y consensuada. Si la relación es fundamentalmente violenta, no cabe de la posibilidad de una separación pacífica. Generalmente, son atropelladas y tajantes, sin puntos medios ni negociación.
- “Todo es culpa tuya”: La persona hace sentir culpable a si víctima porque las cosas vayan mal, incluso en los casos de violencia física (te pego porque tú me haces enojar).
Fuente tusexosentido.com
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