Lydia Cacho:Cuarto y quinto paso ¿violencia sanadora? Por: Lidya Cacho enero 30, 2009 por lastresyuncuarto

Lydia Cacho:Cuarto y quinto paso ¿violencia sanadora?

La madre de Ramiro descubrió que su hijo de dieciséis años fumaba piedra y marihuana. El médico dijo que la piedra “funde el cerebro”. Desesperada lo castigó, habló con él, pero nada funcionó. La vecina le contó que ella sabía de los del Cuarto y quinto paso, un grupo cristiano llamado Amor y Servicio, ellos seguro sí lo sanarían. Son especialistas en eso de las adicciones, le dijo. La madre de Ramiro Pagó 3 mil pesos a un sujeto que no quiso darle su apellido, él fue quien trasladó al joven al retiro en un rancho a las afueras de Cancún. Luego supo que la organización ofrece a ciertas personas que si llevan a tres que si paguen, la primera asiste gratuitamente.
Ramiro llegó al salón de redacción con un cuaderno y la orden de que junto a una veintena de personas escribiera toda su vida: si se masturbaba, si tenía pensamientos impuros, si había pecado. Si alguna vez fue víctima de violencia, etc. Luego de un par de horas pidió ir al baño, la supervisora le gritó insultándolo; que si no era hombrecito para aguantar, con lenguaje soez.
El cuarto paso –sacado de los 12 pasos de Alcohólicos Anónimos- consiste en hacer un inventario moral de tu vida y el quinto en contarlo todo frente a desconocidos.
Por la noche les impidieron taparse, tenían que sufrir. Los dos días, sin alimentos, consistieron en malos tratos, cubetazos de agua helada, insultos y humillaciones públicas, llegada la noche les encerraron en habitaciones sin luz.
Ramiro se negaba a hablar, le gritaron, y los guías le forzaron a comer pasto como un animalillo; aterrado, obedeció. Lloró durante horas, llamaba a su madre y el guía le gritó “marica y cobarde”.
La idea detrás de estas técnicas de tortura “terapéutica” es lograr que la persona adicta o con problemas, enfrente de una vez por toda su culpa, y Dios le guíe y le de fortaleza. Luego de 48 horas sin comer, sin líquidos, sin dormir y con el estrés resultante, mucha gente logra hablar con Dios y los ángeles, ven visiones místicas. Las mujeres “descubren que su marido las golpea porque ellas se lo buscan, los hombres que son alcohólicos por cobardes e ignorantes. Al salir firman un documento donde juran no contar nada de lo sucedido.
Ramiro volvió a casa, escribió su experiencia y se suicidó. Su madre sumida en la culpa recibió amenazas; si denuncia al grupo Amor y Servicio, se le irán encima las huestes de seguidores. Simplemente toma antidepresivos y llora. Ramiro escribió que se drogaba porque tenía miedo de la violencia de la escuela, de la calle, de la vida. Se sentía solo e incomprendido.
En1949 surgió en Estados Unidos el Modelo Minnesota: los 12 pasos de Alcohólicos Anónimos. Millones de personas adictas han sanado con él. Los 12 pasos pueden durar años. Una mujer lleva año y medio y aun no entra en el cuarto paso, lo primero, dice es dejar la adicción, fortalecer el espíritu y sanar las heridas. El de AA y Alanon (para familiares de personas adictas) responden a un modelo de vida respetuoso de las emociones, que genera procesos de solidaridad y trabaja grupos de contención. Las grandes clínicas como Oceánica y Monte Fénix, se basan en los 12 pasos del modelo Minnesota, profesionalizados médicamente. Al igual que los Centros de Adaptación Juvenil, existen profesionales que ayudan a sanar las adicciones. Los grupos de Alcohólicos anónimos se muestran muy preocupados por el daño que estos grupos están haciendo a miles de personas que les confunden con AA.
Mientras tanto las pirámides del Cuarto y Quinto paso se enriquecen con familias de clase media, les mandan a casa con procesos emocionales abiertos y sin herramientas para sanar. Estos grupos argumentan que lo que se necesita es un shock emocional para dejar de sufrir. Ignoran que las adicciones son una enfermedad que no se puede curar a golpes e insultos.
A fines del año 2000 la Secretaría de Salud publicó la Norma oficial para este tipo de centros. Pero allí están, ejerciendo violencia, sin supervisión médica y sanitaria. Forzando la religión a golpes como falsa forma de sanación. La ausencia de servicios profesionales, responsabilidad del Estado, abre la puerta a gurús tramposos que medran a costa de la vida de personas adictas. Regresar al Siglo XIX es inaceptable. Exijamos menos dinero para la guerra y más para la salud contra las adicciones. www.lydiacacho.net

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