¡#SDR, #SDR! ¡Twitter salva vidas!Por Redacción Revolución fecha abril 25, 2014@revolucion3_0

¡#SDR, #SDR! ¡Twitter salva vidas!

Por Redacción Revolución fecha abril 25, 2014@revolucion3_0

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Óscar Balderas / @oscarbalmen

 (25 de abril, 2014).- Mario quiere aparentar que está tranquilo, pero siente que está a punto de desmayarse. Las manos le sudan, la cabeza le punza, el estómago se achica y quiere vomitar el desayuno. Piensa ¿acelero u obedezco? ¿me largo o me quedo? En segundos, hace un cálculo: si arranco, me dispararán a matar; si me orillo, tal vez me dejen ir. Así que Mario, comerciante de mezclilla en Ciudad Victoria, Tamaulipas, coloca su Bora negro a un costado de la carretera, baja el volumen y la ventanilla para hablar con ese mandadero del Cártel del Golfo que le indicó el alto.

- ¿Para dónde vas, hijo? – le dice un hombre corpulento, con el rostro tapado por un pasamontañas, que se despreocupadamente montó un retén en la autopista a las 11 de la mañana.

- A Victoria, patrón – le dice Mario, de 24 años, padre de una niña de 24 meses.

- A ver, ¿qué traes ahí?

- Mezclilla, mi patrón. Soy comerciante, ando jalando para mi niña – suplica el joven, tratando de meter compasión en el cuerpo de ese hombre armado con un “cuerno de chivo”. – Mire usted, pura tela, pero si le sirve le regalo toda.

- ¿Y a mi de qué me sirve tus pinches harapos, tacuache de mierda? – grita el “golfo” y le asesta un golpe en la boca del estómago.

La primera agresión desata taquicardia, mareo, boca seca, un aliento hediondo que huele a miedo. Mario piensa que su agresor está drogado y eso abre la posibilidad a todo: secuestro, tortura, homicidio. Sólo por conducir de Tampico a Ciudad Victoria.

- Perdón mi jefe, no quise ofenderlo…

- ¿Cuándo traes, putito?

- No traigo mucho, como 5 mil pesos para comprar más tela…

- Uy, no. Pero por ahí empezamos. A ver, sácalos en chinga – ordena.

Mario tiembla. Se acuerda de su mamá, de su papá y ruega que, si lo matan, lo dejen ahí tirado a la orilla del camino para que lo puedan enterrar. En su colonia, hay cuatro casos de desapariciones forzadas y todos los días, camino a la tienda, a la parada de autobús, al pasear al perro, ve los rostros de los familiares que también caminan medio en vida con la esperanza remota de encontrar a sus seres queridos.

Mete las manos como puede a los bolsillos. Saca la cartera. El velcro se despega y del apartado para billetes saca una resma de papeles de colores. El “golfo” le tira una patada para que se apure a entregarlos. Ni los cuenta. Los toma todos y los guarda.

- ¿Le vas a Tigres? – pregunta el narcotraficante.

Mario, por primera vez, lo mira a los ojos con una mirada extrañada. Repasa en su cabeza la pregunta “¿le vas a Tigres?”. No entiende. Tal vez sea una pregunta capciosa y de esas, en situaciones como la que está, depende la vida. Agacha la mirada para pensar su respuesta y mira sus manos. Hasta entonces entiende a su agresor: esa cartera rota, que le dio su patrón para transportar el dinero, tiene el emblema del Club Tigres del futbol mexicano.

- Sí, mi patrón…

- ¡Ah, pues qué chingón! ¡Yo también, compa! – dice el hombre armado y por el pasamontañas se alcanza a ver su sonrisa. – Nomás porque me caíste bien, pinche tacuache. Ya te iba a levantar. Llégale.

Mario no lo cree, pero tampoco quiere cuestionar más. Suelta un “gracias” condensado en alivio y sube a su automóvil. Arranca pisando sin fuerza el acelerador. Quiere huir lo más rápido posible, pero los pies le tiemblan tanto que no puede presionar el pedal como quisiera. Por el retrovisor ve al narcotraficante aventar el dinero al fondo de la camioneta negra que usa para detener automovilistas. Hasta entonces cae en cuenta: son dos camionetas y cuatro tipos los que están marcando el auto a los transeúntes.

Apenas llega a su casa en la colonia Agua Fría, Mario hace dos cosas: vomita un líquido rojizo y saca su celular. Aún trémulo, entra a su aplicación de Twitter y en su cuenta – ya cancelada — @mar10xxx_ — escribe:

“#SDR Carr. Tampico a Cd Victoria Hay un reten del #CO de CDG. No pasar andan levantando gente RT RT RT RT” (sic).

- Mandé ese mensaje como al mediodía – me cuenta por correo electrónico – Y lo agarró @SDR_Tamaulipas, @ValorTamaulipas y más banda. Dicen que como diez personas lo leyeron y se dieron la vuelta. Igual, no sé, pero les salvé la vida.

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Twitter sirve para muchas cosas. Acerca con amigos, enlaza desconocidos, permite seguir a las figuras públicas y hasta para promover marcas y eventos. Pero el uso del #SDR sólo podría suceder en México.

Cálculos de ONGs a favor de la paz, como Todos Somos Tamaulipas, calculan hasta 10 mil muertos desde que inició la estrategia fallida de la guerra contra el narcotráfico. En una nota del sitio Diario.Mx, el presidente del Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo, Raymundo Ramos, la violencia no ha cesado en seis años.

Por ello, los ciudadanos han creado su propio lenguaje. En la red social de 140 caracteres, tres letras sirven como salvavidas para la gente: #SDR o Situación De Riesgo indica por dónde no pasar, por dónde circular, qué zona evitar o qué balacera está ocurriendo en alguna colonia.

#SDR es la clave que, apenas se lee, causa que los autos frenen, cambien de ruta y la gente corra a esconderse. Por lo general, va seguida de #CO (Crimen Organizado), #CDG (Cartel del Golfo), #Z (Los Zetas), #Follow (alerta cotejada con vecinos de la zona).

“Fueron disparos los que se escucharon en la Col. Martok????? #tampico #SDR”, tuiteó @Sarid05; “Balacera por la ave las torres cerca de la alberca y acaba de pasar… #tampico #madero #SDR” de @Lucifera_Clau; “Balacera col Cañada  #tampico  precaución 17:07 #SDR” de @nandalopp.

En el centro del país, Twitter genera marchas a favor de la neutralidad del internet.

En el norte, salva vidas.

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Más claves que se usan en Twitter para prevenir que alguien muera de un balazo, decapitado, degollado, colgado, encajuelado, embolsado, empozolado y más palabras torcidas por el crimen:

SDR = Situación de Riesgo

PSDR =Posible Situación de Riesgo

PM = Policía Militar

EM =Ejército Mexicano

VxM =Valor Por Michoacán SDR

VxT = Valor Por Tamaulipas

PC = Policía Comunitaria

GA = Gente Armada o HA = Hombres Armados

CA = Comando Armado

CO = Crimen Organizado

CDG = Cartel del Golfo

Z = Los Zetas

CT = Caballeros Templarios

CJNG = Cártel de Jalisco Nueva Generación,

FM = Familia Michoacana

GOES = Grupo De Operaciones Especiales

PEA = Policía Estatal Acreditable

AD = Autodefensas

FF = Fuerzas Federales

PF = Policía Federal

De nuevo: son hashtags que, en distintos días, convivieron con otros como #MásApestosoQueUnIndígena, #MueranChilenos, #LePegoAUnaMujerPorque o #CosasQueHagoMientrasMeMasturbo.

Etiquetas tecleadas para seguir vivo.

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No todos los #SDR terminan en una historia feliz como la de Mario. El 7 de abril de este año, cuatro tuits alertaron la presencia de miembros del #CDG en Reynosa y Ciudad Victoria, Tamaulipas, donde dicho cártel y los #Z se disputan la plaza. Ambas organizaciones criminales quieren para sus líderes las zonas fronterizas de ese estado que les permitan pasar droga a Estados Unidos y cobrar derecho de piso a los migrantes.

Las alertas no llegaron a la cuenta de Estefania – nombre modificado por seguridad –pese a ser una activa tuitera. El día siguiente, @Malu2vera y más usuarios de la red social, publicaron la fotografía del interior de una camioneta con una mochila en el piso y sobre el asiento trasero un chaleco antibalas bordado con las iniciales del Cártel del Golfo.

“#SDRTampico del SDR de la petrolera una persona abatidapic.twitter.com/IBVhVmeUo8  #tamaulipas #reynosa #verfollow #cdvictoria”, tuitearon los usuarios.

La persona muerta fue Estefanía, una chica preparatoriana de 16 años, quien tuvo la mala fortuna de pasar cerca de la colonia Petrolera cuando una balacera agujeraba las casas de los vecinos atrincherados. Era el camino que tomaba para llegar a casa de su tía. La nota apenas trascendió en los diarios y portales locales, porque ese mismo día se encontraron tres cuerpos más. A cada muerto, en el mejor de los casos, le correspondió dos o tres párrafos en la prensa estatal.

- Parece exageración, pero acá donde vivimos revisar tu Twitter puede ser una cuestión de vida o muerte. Luego vas caminando o en tu coche, buscas #SDR y te sale que hay una balacera por donde vas a pasar. A muchos les pasa. Mejor se meten al cine, a una plaza, se regresan a la escuela. El internet ha mantenido a vivos a muchos – teclea Mario, desde una ubicación que prefiere no revelar.

- ¿Qué piensas sobre la intención de regular Twitter y que el gobierno pueda geolocalizarte sin necesidad de un permiso del juez? – pregunto.

- Pues van a terminar de matarnos. Eso quiere el gobierno, yo creo. Muchos de los que ponemos #SDR nos han amenazado, nos llegan mensajes de que no hagamos eso porque nos van a encontrar muertos. Sí ha pasado. A un chavo de Valor por Tamaulipas lo obligaron a decir ante una cámara que el crimen organizado cuenta con el equipo tecnológico para rastrear a quien este de “dedo” (soplón). Luego lo mataron en video y todo lo subieron a Youtube. Si eso hacen los criminales, pues el gobierno (que es lo mismo) ya va a tener carta blanca para encontrarnos. Yo creo que, si prospera, muchos vamos a amanecer muertos mañana o ya no vamos a poder alertar a la gente.

Aquí, internet libre no es un juego – escribe Mario – Acá sirve para jugarnos el pellejo.