“Existe un cielo y un infierno", dijo Menjak.
“Existe un cielo y un infierno", dijo Menjak.
No estoy hablando sobre la vida después de la muerte física. Ese es otro tema. Estoy hablando de la vida en la misma vida. Acá también existe un cielo y un infierno pero, lejos de ser como todos imaginan, en la dualidad y totalmente separados entre sí, el cielo está totalmente rodeado por el infierno. Imagina dos círculos, uno en el centro, y otro alrededor de él. Esa es la imagen y, para poder llegar al cielo, es inevitable atravesar el infierno. Nuestro infierno. No podemos revelar toda nuestra luz si no atravesamos por ese proceso de oscuridad. Proceso doloroso, de pruebas, de no saber dónde estamos andando, de creernos perdidos, de no poder vernos ni a nosotros, ni a los otros. El infierno es parte de camino, y es ineludible. Pero no es un estado exterior… todo está en nuestro propio interior. Debemos tomar coraje y atravesar nuestros miedos, nuestros fantasmas, y toda nuestra oscuridad. Es parte de nuestro trabajo espiritual para lograr la paz verdadera.
No es fácil decidir meternos en la oscuridad, e incluso, asusta tanto que solemos hacer que no lo vemos y ocuparnos de otros asuntos. Si no nos atrevemos a empezar el camino, posiblemente nos ahorremos algunos dolores y sufrimiento, pero también, dejaremos de lado la posibilidad de alcanzar el cielo. Estaremos en un estado de indefinición, en el que la vida carece de propósito, de sentido y de verdadera plenitud…” Daiana Slipak.
No estoy hablando sobre la vida después de la muerte física. Ese es otro tema. Estoy hablando de la vida en la misma vida. Acá también existe un cielo y un infierno pero, lejos de ser como todos imaginan, en la dualidad y totalmente separados entre sí, el cielo está totalmente rodeado por el infierno. Imagina dos círculos, uno en el centro, y otro alrededor de él. Esa es la imagen y, para poder llegar al cielo, es inevitable atravesar el infierno. Nuestro infierno. No podemos revelar toda nuestra luz si no atravesamos por ese proceso de oscuridad. Proceso doloroso, de pruebas, de no saber dónde estamos andando, de creernos perdidos, de no poder vernos ni a nosotros, ni a los otros. El infierno es parte de camino, y es ineludible. Pero no es un estado exterior… todo está en nuestro propio interior. Debemos tomar coraje y atravesar nuestros miedos, nuestros fantasmas, y toda nuestra oscuridad. Es parte de nuestro trabajo espiritual para lograr la paz verdadera.
No es fácil decidir meternos en la oscuridad, e incluso, asusta tanto que solemos hacer que no lo vemos y ocuparnos de otros asuntos. Si no nos atrevemos a empezar el camino, posiblemente nos ahorremos algunos dolores y sufrimiento, pero también, dejaremos de lado la posibilidad de alcanzar el cielo. Estaremos en un estado de indefinición, en el que la vida carece de propósito, de sentido y de verdadera plenitud…” Daiana Slipak.
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