EL IMPACTO PSICOLOGICO DEL DESEMPLEO por Aylén Martínez Hernández
Para todos está claro que perder el empleo y no conseguir otro, repercute negativamente en la economía de quien queda desempleado y su familia. Dejan de poder pagarse los compromisos adquiridos en el pasado y que han contribuido a mejorar la calidad de vida propia y familiar. Atrás quedan las actividades habituales y cambian obligatoriamente las prioridades. Ya no es posible consumir cultura u ocio, por ejemplo, porque no alcanza más que para cubrir, con suerte, las necesidades básicas.
Pero los efectos antes descritos son más que conocidos, lamentablemente claro. Sin embargo, los efectos psicológicos del desempleo son aún mayores y alcanza una dimensión de ausencia de bienestar psicológico, a tener en cuenta más allá de las ganancias económicas que representa para un trabajador su empleo. Por ello, incluso cuando una persona logra mantener cubiertas sus necesidades básicas a pesar de estar desempleado, existen consecuencias psicológicas demoledoras en la persona y es sobre ellas que queremos hablar hoy desde “Entre tú y yo”.
Una de las reacciones que aparecen en los parados de larga duración (categoría en la que se incluye a quien alcanza el año sin encontrar un nuevo trabajo), es esa sensación de inutilidad e invisibilidad que le hace sentirse como alguien ausente para el resto de personas y redes sociales, que podrían ofrecerle una alternativa que cambie su situación. La persona comienza a sentirse al margen del funcionamiento social, no puede consumir, no puede interactuar, ya no puede hacer libremente lo que ve que continúan haciendo otros. El mundo sigue y quien está en situación de desempleo siente que se queda detrás, no llega, no puede y la vivencia interior es una profunda paralización, que se traduce en no hacer nada porque ya ni siquiera sabe qué hacer o porque si continúa haciendo cosas, la frustración ante la inefectividad, se apodera de sus fuerzas y del ánimo que necesita para perseverar.
El segundo impacto psicológico se entiende por el hecho de que conseguir un empleo es una expectativa social y cultural, que se aprende desde la infancia y que al alcanzar la persona la madurez, se convierte en un predictor del éxito social y personal alcanzado o no. De modo que una persona en situación de desempleo durante un largo período de tiempo, comienza a verse a sí misma como alguien fracasado y derrotado. Dos emociones que acompañadas de sus respectivos pensamientos negativos vuelven a paralizar a quien, viéndose y sintiéndose de ese modo, llega a creer que ya no es útil socialmente y que no tiene posibilidades de competir con el resto de personas.
Por último mencionar, que aunque las necesidades económicas de quien ha perdido el empleo puedan estar cubiertas como venimos diciendo, el individuo pierde la estructura organizativa que normalmente tenía cuando se encontraba empleado. Rutinas, responsabilidades y organización del día a día se modifican drásticamente. La persona no siente la misma satisfacción ante la ausencia de ellas, estando desempleado que que cuando se encuentra de vacaciones. Estar de vacaciones es una recompensa, un descanso merecido para continuar. El desempleo es la incertidumbre y la incapacidad de disfrutar del tiempo libre, porque ni siquiera se siente como tal.
Es así como:
- Se dispersa la organización de la estructura del tiempo
- Se pierde la posibilidad de establecer contacto social con personas ajenas al medio familiar o al menos se disminuye su frecuencia e intensidad.
- Se pierde el estatus social alcanzado frente a los demás.
- Se tiene la sensación de disminución en el desarrollo personal, dado que la persona no se siente a sí misma parte de una actividad productiva que le ofrezca placer y le mantenga en actividad.
Alternativas de afrontamiento:
- Acepta la situación.
- Piensa y céntrate en tu situación personal. Ajusta, reajusta y cuando hayan pasado unos días imponte una dinámica de actividades diarias que te mantengan ocupado y con una sensación de autocontrol y efectividad.
- Sé realista. La realidad económica actual te sobrepasa a ti y a cualquiera en una situación como la tuya. No tienes la culpa y puedes lograr otro empleo en el futuro. Eso sí, asumir la realidad te puede ayudar también, a decidir que quizás es momento de intentar superarte, reciclarte y prepararte para encontrar el empleo que estarás buscando.
- Piensa en soluciones alternativas. Aquí entra algo de lo anterior, ya que prepararte para ser más competitivo es una de esas soluciones alternativas. Piensa en una idea, ¿Puedes emprender? Atrévete a sacar adelante la idea que lleva tiempo rondando tu cabeza.
- Pospón planes que tenías pensados para el corto plazo. No los deseches, sólo déjalos aparcados para el medio plazo y si lo mantienes como objetivos realistas para el futuro, seguro puedes conseguirlos. De nada te vale verte como un fracasado por no poder conseguirlo ahora, el fracaso será no intentarlo mañana.
- Mira a tu alrededor. Hay otros valores incluso en una situación negativa como la que estás viviendo. Intenta disfrutar de esos valores. Ya sé que es difícil; pero si lo logras, tu creatividad y tus capacidades aumentarán y el trabajo, ya sea por cuenta ajena o porque decidas emprender una idea, llegará. Confía en ti.
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