“La materia prima de un caricaturista es la estupidez”: entrevista con Antonio Helguera

Él ya no lo supo, pero la primera vez que hablé con Antonio Helguera fue en 2009, todavía en mi época de estudiante de comunicación en la UNAM. Cursaba yo la materia de Caricatura política, y lo entrevisté vía telefónica para una tarea. Generoso, amable. Hace apenas unas semanas lo conocí en persona con motivo de la invitación que me hicieron para aparecer en El Chamuco TV. Al finalizar la grabación me dio un aventón en su coche, junto al monero José Hernández, su amigo, hermano, compañero de trazos. Hoy, impactado y profundamente triste por su repentino fallecimiento, comparto por aquí aquella entrevista que tenía guardada en los archivos. Tremendo vacío que nos ha dejado el gran monero Helguera.

La estupidez como premisa

Entrevista con Antonio Helguera

La estupidez y no el lápiz es su mejor arma. Así lo reconoce el monero Antonio Helguera, quien desde sus primeros pasos dentro de la caricatura política ha dejado sentir su visión particular del mundo a través de sus cartones, mismos que comenzó a publicar a inicios de la década de 1980.

“Inicié cuando trabajaba como impresor en el taller de grabado que tenían dos caricaturistas (Sergio Arau y Rocha). Ahí conocí a otros varios y empecé yo mismo a hacer mis propios dibujos. Uno de ellos -Rafael Barajas ‘El Fisgón’- impartía un taller de caricatura, al cual ingresé. Empecé a publicar caricatura internacional en el periódico El Día en 1983”, relató el dibujante, quien después de haber llamado la atención de los lectores, comenzó a publicar para diversos medios de todo el país, además de haber asumido las riendas de revistas especializadas en la crítica gráfica y humorística.

“Desde entonces, he colaborado en los periódicos El Día y La Jornada. En las revistas Siempre!; Nexos; Milenio semanal y Proceso. He sido fundador y codirector de las revistas de caricatura política El Chahuistle y El Chamuco”, expresó Helguera, quien a menudo ha colaborado en diversos trabajos junto a su amigo José Hernández, otro experimentado autor de la caricatura política.

Sin embargo, no siempre resulta fácil poder hacer crítica seria y sacar alguna carcajada en el camino, aunque el rigor del oficio de monero hace necesario juntar estos dos aspectos del mismo tema para que pueda tener éxito el mensaje.

“La parte más difícil es la idea del cartón, pues debe se una observación crítica de una situación específica, hecha, además con humor. El humor es difícil de hacer, pues no existen recetas para ello”, apuntó Helguera. Agregó que para poder plasmar su opinión en el papel, es necesario contar con un respaldo informativo que ayude a sustentar dicha opinión, pues en caso contrario el cartón, resultaría absurdo.

“El proceso previo a la realización de un cartón es de información y reflexión. A partir de la información disponible, escojo un tema a tratar y me dedico, a veces a lo largo de todo el día y mientras hago cosas cotidianas, a pensar en la idea de mi cartón”, dijo.

Sin embargo, al preguntarle si la ironía es la materia prima de todo monero, Helguera afirmó que es la peculiar forma en que actúan los diversos personajes del ámbito político la que alimentan, fortalecen y estimulan el trabajo de los moneros.

“La materia prima de un caricaturista es la estupidez. No la suya, desde luego, sino la de los personajes públicos que son objeto de su trabajo”, sentenció Toño Helguera.

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