DIEZ CONSEJOS PARA DESARROLLAR EL PENSAMIENTO CRÍTICO Por:Oscar Brenifier Viktoria Chernenko
DIEZ
CONSEJOS PARA DESARROLLAR EL PENSAMIENTO CRÍTICO
1. Sorpréndete con
todo, también con lo que parece normal. Encuentra
un nuevo sabor en las cosas conocidas, paladea aquello con lo que te
encuentras, en lugar de apartarlo. Sorpréndete con la elección de tus palabras,
con el modo en que los otros actúan, los argumentos que se dan. La normalidad
es la manera de matar el pensamiento.
2.
No pienses que todo
es posible. El “todo es posible” hace
peligrar seriamente el pensamiento crítico por el camino de la indeterminación.
Separa el trigo de la paja usando el sentido común y el principio de realidad,
eso te ayudará a ver qué es necesario, posible o probable.
3.
Reconoce tus
propios límites. Un ser humano no
puede ser perfecto. La autoconciencia empieza por el reconocimiento de los
propios límites, los de tu mente y los de tu cuerpo. La capacidad de examen
crítico de los otros viene de la habilidad para examinarte críticamente a tí
mismo. Aprende a identificar y a nombrar tus problemas y debilidades.
4.
No temer la reacción
de los otros. Si quieres actuar sobre las
palabras y los argumentos de los otros, estate preparado para encontrar su
irritación y su resistencia. Al ser humano no les gusta enfrentarse a la
realidad y a la verdad de lo que él es. No prestes demasiada atención a sus
miedos y no temas molestar a tu interlocutor. El arte de pensar y cuestionar
significa preferir la verdad por encima de la seguridad o la complacencia.
5.
Sé paciente y
aprende a escuchar. Tener paciencia significa
suspender los propios juicios y reacciones y concentrarse en lo que se da
afuera. Aprende a ser un guerrero sabio: acomete un gesto sólo cuando sea
necesario, cuando hayas observado suficientemente. Si te tomas el tiempo de
escuchar y contemplar, muchos actos se harán innecesarios. La habilidad de
responder de forma adecuada es tan importante como actuar de manera apropiada.
7.
No permanezcas en
la confusión. Clarifica las palabras y los
actos, los tuyos y los de tu interlocutor. Reduce al mínimo la cantidad de tus
palabras y pide a los otros que lo hagan también. Esto permitirá distinguir
entre lo esencial y lo accidental. Nombra las cosas en lugar de explicarlas,
incluso cuando te mueva un deseo intenso de hablar. Usa la idea de Spinoza: la
claridad es la verdad, la verdad es claridad.
8.
Evita las trampas
de la paranoia y de la ingenuidad.
Es importante sopesar las propias ideas y no caer en los extremos: ver
problemas por todas partes nos lleva a sospechar de modo compulsivo, mientras
que aceptarlo todo nos hace complacientes. Comprueba la pertinencia de tu
juicio a través del descubrimiento de los supuestos y evidencias que subyacen.
9.
Distingue lo
subjetivo de lo objetivo. Mira a ver si tus
ideas y acciones se apoyan en tus sentimientos y percepciones o tienen algún
fundamento objetivo. Para ello usa el sentido común y ten en cuenta el punto de
vista de los otros. Esto te ayudará a distinguir si hay discrepancia entre tu
opinión y lo que la realidad te dice.
10. Examina las
palabras con criterios lógicos, de pertinencia y de coherencia. Distingue el “no lo entiendo” del “no estoy de
acuerdo” o incluso del “no me gusta”. Aprende a crear distancia entre tú y lo
que es objeto de tu examen.
11. Cuestiónate a ti mismo y a otros. Sustituye afirmaciones por preguntas para descubrir
lo que la gente piensa. Cambia la percepción de lo que significa preguntar: no
es tan sólo un medio de obtención de información, es una herramienta para hacer
pensar
Comentarios
Publicar un comentario
Tu opinión: