Existen muchos mitos en torno al semen, un fluido humano que causa mucha fascinación. Entre las creencias más populares están la de que el semen tiene propiedades nutricionales, que es bueno para la piel, que rejuvenece… Pero lo cierto es que no hay evidencia científica de la verdad de tales afirmaciones, más allá del morbo que producen.
Antes de enumerar algunos de los datos más curiosos sobre el esperma, parémonos en la anatomía reproductiva del hombre.
Entre los órganos sexuales masculinos encontramos los testículos, el conducto deferente, la próstata, la vesícula seminal y el pene.
Los espermatozoides, gametos masculinos que portan información genética, se forman en el interior de los testículos, en unos tubos llamados seminíferos. De ahí pasan al epidídimo, donde maduran hasta que pasan al conducto deferente, un tubo muscular capaz de transportar a los espermatozoides.
Durante la excitación sexual, el pene se llena de sangre y se pone erecto. Y, si se produce suficiente estimulación, los espermatozoides se liberan a una velocidad que ronda los 50 kilómetros por hora, durante un proceso conocido como eyaculación.
Antes de ser expulsado, el esperma pasa primero por la ampolla, de donde recoge líquido de la vesícula seminal. Después, al pasar por la próstata, se le añade el fluido que le su característico aspecto lechoso. A continuación, el semen pasa a los conductos eyaculatorios del pene para ser liberado.
Cada vez sabemos más cosas acerca de la reproducción humana. Cuando el espermatozoide alcanza al óvulo, hace una especie de match entre las proteínas propias y las de la superficie del gameto femenino; una asociación que actúa a modo de llave, que le permite acceder a su interior.
A lo largo de la historia, el desconocimiento de cómo funciona la reproducción humana le ha otorgado al semen muchos tabúes y le ha asignado conceptos erróneos. En la actualidad, muchos de esos mitos continúan, como también la fascinación que gira en torno al semen. El desconocimiento hace que muchos le concedan propiedades de las que, en realidad, está desprovisto.
Por otro lado, a muchos les preocupa la calidad del semen, y la cantidad, relacionándolo erróneamente con la masculinidad. Los factores que determinan la
fertilidad masculina son variables, y están relacionados con gozar de buena salud y forma física. Por lo general, fumar, el sobrepeso y el estrés, entre otros factores, no son amigos de una buena salud reproductiva.
En esta galería repasamos algunos datos curiosos sobre el semen y desmitificaremos algunas creencias habituales.
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